El Día Morado

 

La juventud se mueve y se compromete. Aquí un ejemplo de compromiso de una antigua alumna. Teresa Pérez del Pino, alumna de la promoción 2017- 2019, a través de su profesora Cristina Díaz, quiere compartir sus reflexiones en forma de microrrelato. 

Gracias por sembrar la semilla de la Igualdad. 


EL DÍA MORADO

 Aun se mantienen los recuerdos que perduran grabados en mi mente, flotando inertes, neutros como una película muda; vistos así, se asemejan más a otra vida, una que no me pertenecía. Una obra de ficción, de pinceladas románticas y nudo trágico.

Pero fue real y todo mutó cual truco de magia; sus promesas se tornaron dardos envenenados, el príncipe azul se desprendió de su encantos para coronarse carcelero. El amor se tornó en la soga que ahogó mi libertad.

Solo era el cascarón vacío, la autómata de ojos tristes maquillados con sonrisas frágiles, que arañaba mis adentros ansiando la cuerda que me sacara del oscuro pozo que posaba su brazo posesivo sobre mí.

Jamás osé rendirme, en cada revés más mía me sentía. Perduraría, y si no mi historia sería llevada a través de otras voces, otros rostros.

Y en día como cualquier otro, mi mirada se detuvo sobre los carteles que flotaban entre las manos que clamaban hacia el cielo, cegada por el violeta.

Quizás sea hora de decir basta”.

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